Implantes DentalesSimples y complejos (injertos óseos)

Los implantes dentales son el método ideal para la reposición de piezas dentales perdidas. Consisten en pequeños cilindros roscados de titanio, que sustituyen a las raíces de las piezas dentales ausentes. Una vez fijados al hueso, mediante un proceso biológico llamado osteointegración, sobre los implantes se atornillan las coronas de las piezas dentales que se quieren remplazar. Para colocar un implante, por tanto, se requiere ineludiblemente un hueso de buena calidad y de un tamaño suficiente, en anchura y altura, que permita la inserción. Un implante podrá reemplazar a una pieza perdida, pero con dos implantes se podrán restituir hasta 3 piezas ausentes. De tal manera que para reponer toda una arcada dental, compuesta por 12 piezas, será suficiente, en la mayoría de los casos, con 8 implantes en el maxilar superior y 6 en la mandíbula.


implantes dentales

Un implante repone una pieza dental perdida

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Dos implantes van a reponer 3 piezas ausentes


Los implantes también son muy útiles para ayudar en la fijación de prótesis dentales removibles. Es muy habitual que un paciente que lleve prótesis completa se queje de que ésta se mueve al masticar, incluso al hablar. Esto es muy frecuente sobre todo con la prótesis inferior, ya que la propia lengua la desplaza con sus movimientos. Este incómodo problema puede resolverse con relativa facilidad colocando unos implantes (no más de 4) que multiplicarán la fijación de la prótesis, ya que ofrecen un encaje de la misma mediante elementos de fricción. La prótesis quedará anclada en los implantes y ya no se moverá. Haciendo un poco de fuerza la prótesis podrá retirarse para su limpieza. El paciente oirá in “clic” al colocar la prótesis de nuevo y quedará estable. Este sistema de fijación de prótesis completas se denomina sobredentadura.


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Sobredentadura inferior


Un problema de mayor calado surge en los casos en los que el hueso, sobre el que se quiere colocar los implantes, no presenta unas óptimas condiciones o su dimensiones, en anchura o en altura, no son suficientes para colocar los implantes.

¿Por qué puede ocurrir esto?
Cuando una zona del maxilar o de la mandíbula pierde los dientes, el hueso donde éstos estaban alojados, experimenta un proceso de atrofia progresiva. Primero comienza un adelgazamiento de la zona y posteriormente una pérdida de altura del reborde óseo. Este proceso de atrofia se debe a que las fuerzas masticatorias han dejado de producirse en la zona que ha perdido los dientes. Igual que si no hacemos ejercicio con un músculo se va a adelgazar y atrofiar, el hueso sin dientes no recibe ni desarrolla fuerzas masticatorias, y se va adelgazando también. Llega un momento en que este hueso es tan fino y está tan bajo, que no puede admitir un implante dental.

Otra causa de pérdida de hueso son los problemas inflamatorios que han sufrido los dientes a lo largo de su vida. La existencia de flemones, fístulas y enfermedad peridontal ocasionan pérdidas progresivas del hueso. Los dientes comenzarán a moverse cada vez más por la pérdida de hueso que está ocurriendo a su alrededor. Al final del proceso la cantidad de hueso que va a quedar disponible, será muy escasa. Por este motivo, cuando el diente presenta una movilidad importante, puede ser más sensato extraerlo y sustituirlo por un implante, que dilatar el proceso en el tiempo. Ya que esto conllevará una pérdida de hueso mayor.

Finalmente una causa de pérdida de hueso son algunos implantes que han dado problemas a lo largo del tiempo. En ocasiones vemos implantes colocados tiempo atrás, que con el paso de los años han producido algún problema inflamatorio y se acaban perdiendo. La pérdida de unos implantes ocasiona, generalmente, importantes defectos de hueso.

¿Qué hacemos si la cantidad de hueso disponible es escasa y no permite la colocación de implantes?
En estos casos es donde el cirujano maxilofacial juega un papel fundamental. Nosotros podemos realizar técnicas de aumento de hueso mediante injertos óseos. Existen diversas técnicas según la cantidad de hueso que tengamos que aumentar para la posterior colocación de los implantes. Las más frecuentes son:

- Elevación de seno maxilar: esta técnica permite ganar altura del hueso en la zona posterior del maxilar superior. En esta zona las pérdidas de hueso son muy frecuentes, por lo que es una técnica muy habitual. Puede realizarse con anestesia local o general. Esta última se recomienda en los casos bilaterales y cuando la cantidad de hueso perdida es muy grande y a lo largo de amplios segmentos maxilares. El hueso injertado, que se deposita en el seno maxilar convenientemente aislado, se compone de partículas óseas tomadas del paciente por rascado, a las que se le añade hueso artificial. Esa mezcla conseguirá, pasados unos meses, que la zona de hueso disponible para los implantes sea mucho mayor en altura. En ocasiones favorables podremos colocar los implantes simultáneamente con el injerto, lo que acortará sensiblemente los tiempos de espera hasta tener los nuevos dientes colocados.


implantes dentales
implantes dentales
implantes dentales

- Injertos en bloque: en los casos en los que la pérdida de hueso es en anchura, debemos recurrir a los injertos óseos en bloque. Se trata de obtener pequeños fragmentos de hueso que serán fijados a los maxilares, de forma que la anchura de éstos se verá incrementada. La fijación de los bloques se realiza mediante pequeños tornillos. Una vez realizados los injertos deberemos esperar la evolución y curación los mismos de forma que, en un periodo de 4 a 6 meses podremos colocar los implantes.

¿De dónde obtenemos los injertos en bloque?
Esto está en relación con la cantidad de injertos que requiera el caso: en los casos de pequeños segmentos a injertar, tomaremos los bloques de los propios maxilares, generalmente de la zona posterior de la mandíbula En los casos extensos en los que tenemos que injertar todo el maxilar, tendremos que obtener los bloques de otra zona del cuerpo. Generalmente la cresta iliaca (cadera) o de la calota craneal. Para ello tomamos unas “tiritas” de hueso de la parte externa del cráneo. Ésta es una localización muy agradecida, pues molesta muy poco al paciente y pasa totalmente desapercibida ya que no se requiere ni siquiera cortar el pelo. Simplemente se realiza una incisión de unos pocos cm en el cuero cabelludo. La calidad de hueso de la parte externa del cráneo es excelente para los injertos maxilares. Las técnicas para los aumentos verticales y horizontales, pueden combinarse y hacerse simultáneamente.

Otras técnicas:

-Lateralización del nervio dentario: se realiza en casos de déficit de altura mandibular posterior. El nervio dentario inferior impide la colocación de implantes en casos de pérdida ósea mandibular posterior. Mediante esta técnica desviamos el curso de este nervio y colocamos los implantes simultáneamente. No siempre es factible su realización y cada caso debe ser estudiado individualmente.

-Injertos en sándwich o injertos inlay: Los realizamos para ganancia en altura, generalmente en la zona posterior de la mandíbula. La técnica consiste en tallar un segmento del hueso que es desplazado hacia arriba. Por debajo de él insertamos un injerto óseo en bloque. Tendremos que esperar unos 4 meses para colocar los implantes.


implantes dentales

Paciente desdentada total. Hueso muy estrecho

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Implantes colocados sobre injertos óseos

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Ausencia congénita de dietes en ambos maxilares

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Implantes colocados sobre injertos óseos


implantes dentales

Colocación de los implantes

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Colocación de los implantes

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Caso terminado

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Caso terminado



- Implantes cigomáticos: en casos de atrofias severas de todo el maxilar superior, una técnica cada vez más indicada, son los implantes cigomáticos. Se trata de unos implantes más largos que los habituales que se insertan en el hueso cigomático (hueso del pómulo). Se pueden combinar con implantes convencionales. Pueden colocarse 2 cigomáticos en combinación o 4 implantes cigomáticos que pueden ser suficientes para colocar una rehabilitación dental completa y fija. Nosotros realizamos los implantes cigomáticos bajo anestesia general en régimen ambulatorio. El paciente es dado de alta una o dos horas después de la colocación de los implantes.

En casos de atrofia severa y completa del maxilar superior ¿haremos injertos o implantes cigomáticos?
Esta pregunta que hemos planteado aquí, es muy frecuente. No sólo entre el médico y su paciente, sino también en los foros profesionales médicos. Como antes hemos señalado, cada caso debe valorarse individualmente. En líneas generales podemos decir: la colocación de injertos supone una reconstrucción del maxilar. Con los injertos reconstruimos un nuevo maxilar, reponemos el hueso perdido. Parece, por tanto, una técnica ideal para pacientes relativamente jóvenes que han perdido las piezas dentarias y el hueso que las soportaba, y que se van a favorecer de contar con un “nuevo maxilar”, con su encía y sus correspondientes piezas dentarias. Con los implantes cigomáticos, no corregimos el maxilar atrofiado, sino que utilizamos el hueso que está más arriba del maxilar para fijar unos implantes. Estos implantes soportarán una prótesis dental, pero la atrofia ósea del maxilar no se habrá corregido. Esta es la diferencia fundamental. En unos casos nos inclinaremos por una técnica, en otros indicaremos la otra. De lo que sí puede estar seguro es de que, en todo momento le indicaremos lo más favorable para su caso, dándole las mejores recomendaciones para Vd. y eligiendo en todo momento lo que mejor le conviene.


implantes dentales

Implantes cigomáticos

implantes dentales

Implantes cigomáticos